Living la vida loca? ((Alice))

Hacia ya un rato que Alice y yo nos habíamos mudado para vivir solo ella y yo, realmente los primeros días fue raro no tener a tanta gente en casa, y raramente se sentía un ambiente locamente tranquilo, sin embargo con el paso de los días las cosas fueron cambiando, Alice y los eventos, así como el programa que ambos encabezábamos era algo que nos hacia tener 'emoción' en la vida, a mi en lo personal me divertía demasiado y en parte también me hacia sentir mejor pues era una forma peculiar de ayudar a las personas... me llamaban ya el doctor corazón de la época moderna y también hay que añadir que siempre halagaban mi ropa... y como no lo harían si seguía siendo el muñeco personal tamaño real de Alice. De cualquier forma ahora parecía que dos vampiros se habían adaptado muy bien a la época moderna, parecía...

-Amor... Linda... ¿de verdad te gusta la casa esta?- pregunté a mi esposa mientras daba un paseo de la escalera hacia la sala, en donde según yo y mi instinto sentiamos que ella estaba. No es que no me gustara pero, era la segunda a la que nos mudabamos y no estaba seguro de que esa fuera la casa indicada para Alice y yo... algo aún me hacia sentir que faltaba una parte de nuestro hogar, aunque no sabia que ¿o era que solo quería una tercera casa en California?

La miré y acabe por reír mientras caminaba hasta donde estaba ella -Creo que tienes el mismo dilema que yo con ella... es como si Esme nos hiciera falta para elegirla ¿no crees?- ok si extrañaba a la familia, pero vivir solos a veces me sacaba ese lado sentimental, ademas por favor... yo vivía en sentimientos varios diario, no me culpen.

Me reí mientras iba a sentarme al sofá y la miraba con los papeles, desde que eramos parte de la farandula raramente sentía que Alice tenía una pasión nuevita y no era la moda, pero no decía nada por bien de todos... o no sé quizá me gustaba tener esa pasión dedicada a mi persona envidiosamente. -Yo creo que es cosa de vivir solos, por que la casa no es fea de hecho... ¿o quieres buscar la número 3 en nuestro listado de casas en California?-

La miré y me lancé sobre ella para abrazarla -Mi amor, no tenemos ni dos semanas en esta casa... sabes... creo que debemos darle su oportunidad... o más bien pensar mejor antes de comprar la tercera casa, con tantas propiedades creo que vamos a acabar regalando casas a nuestros conocidos- le dije mientras le daba un besito en la mejilla -Quiza a este hogar le falta, calor de hogar-

Me reí de los regalos y luego negué -No lo sé... para alguno sí pero no creo que a ti te haga mucho gracia perderte las compras de Navidad, porque ya tienes los regalos- le dije mientras asentía y hacia que mi nariz jugara en su rostro antes de estremecerme por completo al sentir su dulce beso en mi cuello... tomé aire, y la miré como solo a ella la podía mirar -Pues dicen que cocinar cosas ayuda... ¿quieres hornear algo?-

Me reí por los de las compras y la atraje a mi para darle un beso en la mejilla -Mi amor, ya se que amas las compras, y además este año a mi me gusta la idea también... unas vacaciones en Europa finalizando con dos semanas de compras locas a tu lado, en serio que motivan... ¿crees que te las cancelaría?- le dije mientras luego volvía a reír aún más divertido, algo ironico era que con todo y todo, yo que en un tiempo fui un general de guerra ahora condujera un programa y valorara los placeres que jamas pense que me gustarian pero Alice hacia de mi vida un momento inolvidable para disfrutar a cada segundo. -Yo voto por la opción dos, divertirnos... jugar... luego de la dos ya sumo la uno, pero creo que sabes que se me ha antojado-

Tome aire y sonreí enternecido cuando huyo de mi... me había dejado con los labios queriendo un beso pero ella amaba hacerme eso. Me levanté y alzando la voz añadí -¿Ya sabes que cocinar preciosa?- le pregunté mientras caminaba a la cocina a ritmo vampirico por lo que antes de que respondiera yo ya estaba recargandome en el marco de la puerta de la cocina.

Hice un pucherito y negué -Pero... pero...- camine unos pasos más y deje que la distancia entre los dos se acabara para después pasar mis manos atrás -Yo no quiero muñecos... ademas las galletas tienen mal gusto- bueno en realidad todas las comidas, lo mío era la sangre... pero no de humano claro -Preferiría una chica bajita, guapa y sonriente- comenté al tiempo que ponía mi mano a la altura de ella y la miraba con ambas cejas levantadas y mirada expectante.

Sonreí poco a poco y cuando paso sus brazos por mi cuello la cargue y camine hacia la barra para quedar a la misma altura luego hice como si meditara un poco -Pues podemos practicar recetas para hacer muñecos y muñecas- seh claro, y también un pastel de paso, entonces me acerque a su espacio vital y solo me quede a escasos milimetros de ella sin besar su boca aún -¿Quieres probar?-

Miré sus ojos, miré sus labios levemente y luego volví a perderme en sus ojos mientras mis labios quedaban entreabiertos buscando un beso que quería nacer y que no lo dejabamos aún, con esa lucha de coqueteo y diversión -Juro que pondré de mi parte para que te fascine- le dije mientras me acercaba lo suficiente para rozar sus labios levemente y alejarme un poco para sonreirle

Sonreí aún más -¿Te lo cuento o lo pruebas y juzgas?- le comenté al tiempo que me volvía acercar y paseaba mi boca ahora por su mejilla hasta llegar a la comisura de sus labios y ahí dejar un suave y provocativo beso... corto y dulce, pero que la invitaba a tomar mi oferta -¿Qué eliges?-

Quizá yo no diría que solo de vez en cuando, pero bueno no hay que entrar en cosas tan mínusculas como esa. Entre los dos creo que yo siempre adoraba los momentos en los que de verdad estabamos solos y podíamos ser Alice y Jasper a gusto, sin nadie más. Al sentir su beso en mis labios y los movimientos que hizo me sentí muy bien, muy a gusto y muy feliz si una mezcla más o menos así sin duda. Mis manos se quisieron amoldar a las curvas de su silueta y sencillamene las deje hacerlo tanto como podía mientras mi boca se llenaba del más dulce elixir que nadie podía darme... sentía su esencia llenarme y amaba eso como no había idea terrenal ni palabras que lo dijeran.