Un sueño, sólo un sueño

Como bien sabemos los vampiros no duermen, yo por ejemplo no puedo hacerlo y a veces me pregunto si es tan placentero como los humanos dicen o más bien como yo solía decir ya que alguna vez fui humana y aunque casi no recuerdo como era se que un día mientras estaba dormida pasó algo a lo cual no sabría como describirlo.

Me encuentro sentada en el jardín viendo todo a mi alrededor pero no me preocupo en capturar mentalmente el momento porque de alguna manera no ni será único pues se que no envejeceré y todo se seguirá viendo igual, de pronto me siento algo aturdida como si estuviese experimentando... ¿cansancio?, no podía ser ya que yo no dormía pero al poco tiempo no supe más.

Sentí que despertaba y al hacerlo algo había cambiado en mí, estaba en pleno rayo del sol y no me provocaba ninguna molestia, caminaba hacía una pequeña casa campirana de la mano de alguien, para ser exacto era un hombre joven y cuando levanté la mirada para observarlo detenidamente me dí cuenta de que era Emmett, si mi ser más amado, mi compañero sólo que era distinto pues su piel no brillaba en el sol al igual que la mia y sus ojos no eran dorados ni negros sino azules a mi parecer hermosos como todo en él pero aún no entendía a qué se debía tal cambio en nosotros, yo no sabía si mis ojos habían cambiado pero pr lo menos nuestra piel sí. El me tomo la otra mano para darme un beso y yo le correspondí porque a pesar de la extraña situación nuestro amor no había sufrio cambio alguno y seguía presente en nuestros corazones que...

-Tu corazón está latiendo-Le dije algo sorprendida.

-Así es como debe de ser amor, de lo contrario estaríamos sin vida- Me dijo muy naturalmente como si nuestra vida se tratase de la de un humano.

-Pero nosotros estamos... pues... am... muertos en cierta forma-Le dije queriendo aclarar nuestra condición de vampiros.

-Amor, ¿de qué hablas?, ¿somos acaso vampiros? hehe, que cosas dices-Me dijo tan despreocupado a lo cual yo comprendí todo, ¡eramos humanos! por ello nuestra piel no brillaba sus ojos y quizá los mios también eran de un color normal para un humano y nuestros corazones estaban latiendo, nuestra piel no era hélada sino algo cálido al tacto. Ví como puso una mano en mi vientre que estaba algo abultado para mi figura normal, pues soy delgada y esto me hacia dudar y pensar en algo que para mí era imposible.

-Que linda te ves dando vida a un nuevo ser cariño-Me dijo con todo el cariño del mundo y me dió un beso en la mejilla. Mi más grande anhelo, mi sueño e ilusión, ¡iba a ser mamá!, ¡mi Emmett y yo papás! era increible y comencé a llorar cosa que tenía mucho que no hacía.

-Es increible amor, ¡vamos a ser papás!- Le decía emosionada dándole un beso y abrazandolo. Después no sentamos junto a un árbol viendo el paisaje que para mí tenía un significado especial ya que era soleado y brilllante, verde y florido, era como lo que estabamos viviendo en ese momento, simplemente hermoso.

Nos quedamos dormidos en el pasto mientras el acaraciaba mi vientre y yo sus manos.

De nuevo en el jardín desperté por así decirlo con Emmett abrazandome por la cintura.

-Si amor yo también lo hubiese amado- Me dijo como si supiese lo que había soñado, como si el hubiese estado en mi sueño.

-Los vampiros no dormimos, ¿que sucedió?-Le preguntaba porque al parecer el sabía algo. Me mostró una especie de piedra preciosa.

Esta piedra puede hacer que los vampiros tengan sueños, me lo dijo un curandero que encontré hace mucho tiempo en el bosque pero nunca se lo dije a nadie, esta piedra se llama Dublié, es una palabra de su tribu que significa sueño de esperanza.

-Gracias amor,a la menos por un instante fui la mujer más feliz del mundo aunque lo sigo siendo porque tu estas conmigo, te amo-Le dije dándole un abrazo y un tierno beso.